miércoles, 14 de abril de 2010

Hermano migrante


Ante la crisis, ante el alejamiento de su familia, los migrantes siguen de pie, continúan luchando.
Muestran la fortaleza de un pueblo que aún ante la más grande desolación económica mantiene su deseo de mejorar.
No es un caso aislado, es una realidad colectiva.

Carlos Hagerman. "Los que se quedan".

Indignación, rabia, tristeza...

Definitivamente hoy no es un buen día. Coincidiendo con el aniversario de la II República, repaso las noticias que me llegan desde España de los últimos días que demuestran lo lejos que estamos de una sociedad democrática ejemplar. La comparativa con otros países, como México, nos es claramente favorable, pero eso no quita que me sienta perplejo no ya ante el proceso abierto contra Garzón, sino ante las reacciones de buena parte de la sociedad a favor de dicho proceso...¿Tan poco hemos avanzado desde 1975?


Aunque mucho menos mediática, e igual influido por el minúsculo poso de "periodista" que puede quedar dentro de mi, repaso la información sobre la sentencia del caso Egunkaria y me pregunto ¿quien ha ganado el juicio? Un periódico cerrado sin motivo, sus trabajadores insultados, sus directivos torturados, siete años esperando...Creo que son casos como este los que fomentan el odio a España por parte de algunos sectores de la sociedad vasca y no la educación en los colegios...

Pero en realidad son sucesos mucho más cercanos los que me mantienen así en este día.

Tomás y Neptalí, dos hondureños que huyeron de su país tras las elecciones posteriores al golpe de estado, llevan en el albergue desde principios de diciembre. Salieron de Honduras sin nada y llegaron como pudieron hasta acá. Solicitaron refugio en el país y cinco meses después han recibido un respuesta negativa esta mañana. Tiene 30 días para abandonar el país por cualquiera de sus fronteras.

Tomás pertenecía al ejército, pero era afín al Gobierno de Zelaya, formando parte de la seguridad presidencial. Se opuso al golpe y fue amenazado. Tras las "elecciones", miembros del ejército golpista irrumpieron en su casa y amenazaron con asesinar a él y a su hermano (tumbados en el suelo, con las armas apuntando a sus cabezas) si no abandonaban el país en las siguientes 24 horas.

Entiendo que es algo muy difícil de demostrar,y desconozco el proceso de investigación llevado a cabo por Acnur para emitir el fallo negativo a su solicitud. Lo que sí sé, es que tenían la decisión desde hace más de un mes y si no llega a ser por la presión del padre estarían todavía esperando la respuesta.

Ahora sienten que han perdido el tiempo y no saben bien qué hacer. Tomás quiere volver porque dejó allá a su mujer y su hijo de dos años, pero su hermano tiene mucho miedo por las noticias de represión que llegan de amigos que permanecen allá. Las otras opciones pasan por quedarse de ilegales, ya que el aunque intenten regularizar su situación a través de migración es imposible que tarden menos de 30 días, o intentar llegar a los Estados, con todo el peligro que supone. Lo que sí saben es que la semana que viene tienen que abandonar el albergue, así son las normas.

Extralimitandome de mis funciones en la casa, había entablado amistad con ellos, y la noticia ha caído como una losa para ellos, y en menor medida para mi también.

Esperando a que regrese el padre del Foro Internacional sobre Migración en la sede de las Naciones Unidas ( Es uno de los 16 miembros de la directiva) para ver si tiene alguna idea que mejore su situación, les animo a que intenten regular su situación en México a través de la oficina de migración sin creermelo mucho yo mismo.

Indignación, rabia y tristeza, en espera del otro día de optimismo y esperanza.

jueves, 8 de abril de 2010

Adiós San Cristóbal, hola Tapachula

Abandono temporalemente mi San Cristóbal querido, las comunidades indígenas y los zapatistas para venirme a Tapachula. esta ciudad también se encuentra en el estado de Chiapas y es el punto más al sur de todo México, por lo que se ha convertido en el paso oblgado de todos los inmigrantes centroamericanos en su ruta hacia los Estados Unidos.

Conocí la Casa del Migrante por unos amigos, y enseguida me interesó mucho conocer la situación de los migrantes por estas tierras, siendo México un país muy particular por su condición de emisor y receptor de migrantes, además de acoger a los que están de tránsito hacia el norte.

Así que tras contactar con el padre Flor María (encargado de todo esto y un personae del que ya hablaré más adelante) y me vine para acá a pasar los próximos tres o cuatro meses.

Mi labor basicamente consiste en recibir a los migrantes que llegan, inscribrlos, realizarles una entrevista sobre su procedencia, estado de salud, posibles denuncias de cosas que les hayan ocurrido en el camino y orientarles para la posible regularización de su estancia. Además, también colaboro en las demás necesidades de la casa como servir comidas etc...

Cada migrante, salvo contadas excepciones de algunos han solicitado refugio, exiliados etc..., puede quedarse un máximo de tres días en la casa, por lo que en un par de semanas he conocido más centroamericanos de los que posiblemente vaya a conocer en mi vida, ya que cada día en la casa hay más de 30 personas. Predominan los de Honduras (debido al golpe de estado), luego de El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Y rara vez alguno de otras nacionalidades.

El trato con los migrantes es muy gratificante, aunque alguna vez te trastoque por dentro escuchar algunas de las historias que arrastran. Que la realidad supera siempre la ficción en este caso es un hecho. Esta pobre gente no solo ha tenido que abandonar su país por el hambre, la violencia y las pocas esperanzas de futuro, sino que encima les espera un camino lleno de obstáculos.

La policía y el Ejército mexicanos son los primeros en robar. Su función es la de caseta de cobro: si les pueden robar les dejan seguir adelante sin un peso en el bolsillo, y si no les deportan automaticamente. Las maras centroamericanas están apostadas por todo el camino y son responsables de robos, violaciones y asesinatos. Más tarde llegan "los zetas" (crimen organizado) que siguen su pista hacia arriba y realizan secuestros masivos para extorsionar a las familias, los que no tiene dinero suelen aparecer muertos en las cunetas o simplemente no aparecen. Además están los trenes a donde se suben que provocan miles de amputaciones al año cuando los migrantes, exhaustos, se quedan dormidos y se caen del tren. Y superado todo esto queda el paso por el desierto que muchos no alcanzan a superar.

En cuanto a Tapachula es parecido al infierno en ebullición. El termómetro no alcanza nunca los 40 grados pero la humedad es altísima y uno suda con levantar una ceja. De la cantidad de mosquitos, sin comentarios. La ciudad es fea de cojones y aunque pr el centro no haya un ambiente enrarecido aquí se trafica con todo: hombre, mujeres, drogas, armas y todo lo que se pille. A pesar de todo estoy muy contento con el trabajo que estoy haciendo aquí y me voy a quedar un tiempito por esta tierra sin ley.

Para quien esté interesado en conocer un poco más la casa: