lunes, 30 de noviembre de 2009

San Cristobal de las Casas

Algo tiene San Cristobal que engancha. En realidad se parece muy poco a México. Está lleno de extranjeros, instalados y de paso, y eso le da una vida especial a la ciudad. Es un lugar con mucha energía.
Llevo acá dos semanas seguidas y me han pasado tantas cosas...

Volver de la comunidad se me hizo un poco extraño. Ya agarras (aquí tampoco se coge, bueno si, pero en otro sentido) confianza con los compas y es duro marchar. Además al llegar a la Junax había muchíma gente y al principio me costó adaptarme al ritmo. Pero he conocido a un grupo de gente (catalanes la mayoría, estoy dando un curso intensivo) que también estaba por comunidades y además hacen teatro, música, no sé, gente muy creativa. También se alojaban acá las mujeres que vinieron a un encuentro internacional contra el machismo y la violencia y sin saber muy bien como, acabé metido de lleno en en encuentro, tanto en la organización como participando.

Ha sido una experiencia muy positiva. He aprendido mucho. Es increible (y muy duro en ocasiones) escuchar de primera mano las experiencias de mujeres que han sufrido directamente abusos, maltratos o violaciones, y como ahn sabido superarlo y convertir la rabia en una lucha. Y lo peor de todo es la impunidad. En este país solamente se denuncian una de cada tres violaciones y el porcentaje de acusados que termina en la cárcel es mínimo. Hay una especie de grupo entre parte del colectivo de taxistas y policías que actúan a sus anchas. El caso de Ciudad Juárez es mundialmente conocido, pero situaciones parecidas se viven cada día a lo largo del país. Y todo con la complicidad de las autoridades que nada hacen por evitarlo.

Mi participación en la organización se ha limitado a hacer fotos del encuentro y ayudar ne lo que se pudiera, pero no se como me he dejado liar y, junto con el grupo de Catalunya he acabado participando en dos pequeñas obras de teatro, con la temática del machismo y la violencia como telón de fondo. Y reconozco que lo he disfrutado mucho, bueno, durante las actuaciones no, más bien al terminarlas.

La segunda de ellas fue increible. Representabamos un cuento al revés protagonizado por una cecicienta que descubre que su principe azul no es tan perfecto como creía y muchos personajes ibamos apareciendo en escena para desmontar las historias tipicas en clave de humor. Yo fui el hombre de hojalata.
La obra se hizo el día mundial de las mujeres, después de la marcha y en mitad del zócalo que estaba repleto de gente. Casi me da algo de los nervios. Ahora hay gente que me reconoce por la calle, de coña.

No sé, son cosas como estas las que hacen que San Cristobal enganche. Es muy fácil integrarse en la vidilla social de la ciudad. Hay infinidad de actividades sociales y culturales. Al final es casi como un pueblito y después de particpar en alguna de ellas terminas por conocer a gente, que te presenta a otra gente, que te presenta a otra gente...

Eso si, no todo es activismo de cualquier tipo. La mezcla de gente hace que sea una de las ciudades con más marcha de todo el país. Pero ahora ya estoy con ganas de marcharme, de desconectar. Viajando solo tienes muchos momentos para ti, y acá es muy dificil, lo echo de menos. Estoy desenado salir de nuevo para comunidades, de hecho salgo mañana mismo y no sé cuando volveré a comunicarme, asi que aprovecho para despedirme hasta dentro de un par de semanas.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Velatorio en México

Marché para Nicolás Ruiz con una extraña mezcla de sensaciones. Por una parte estaba sorprendido y emocionado con la decisión de la comunidad. Y por otro lado estaba bastante nervioso.
La vida en Cruztón es bastante tranquila y yo no sabía como debía comportarme en caso de que ocurriera algo inesperado. Además, tampoco sabía que era lo que iba a encontrarme allá, ni cual era el papel que me tocaba.

Cuando nos dejó el cohe, bajamos por una pequeña calle de arena hacia una casa humilde, hecha de adobe, con bastante gente en el exterior.
Poco a poco fui retrasandome del grupo. Sentía que estaba allí para acompañarlos y que no debía participar. Sin embargo, cuando ya me disponía a apartarme del todo del grupo y quedarme fuera, la señora más mayor de los que fuimos me tomó del brazo, sonriente, y me "obligó" a entrar con el grupo.

En la primera habitación se encontraba el ataud abierto, y varias personas sentadas en silencio junto a las paredes. Era la primera vez que veía una persona muerta y me sorprendió que apenas me impactara. Supongo que la cosa cambia mucho cuando conoces a esa persona.

En seguida apareció Rubén, al que apenas conocía de vista de los dos días que pasé por la Frayba. Uno a uno fuimos saludando y dandole el pésame. Estaba sorprendido y muy emocionado, pero estaba sonriendo.
Después saludamos a su padre, visiblemente más afectado. Cuando llegó mi turno yo no sabía que decir a aquel hombre mayor y triste que veía por primera vez en mi vida y él, no sé si percatándose de mi indecisión, me abrazó y me dijo. "Hoy es un día triste porque mi señora se marchó para siempre, pero que estén todos ustedes acá hace que todo sea más alegre".
Tuve que contenerme y tragar saliva dos veces para que para no dejar escapar una sola lágrima, algo que no hacía nadie en toda la casa.

Nos acompañaron hasta el interios de la casa y fue como trasladarse a otro mundo. Había más de cuarenta personas entre la sala y el patio afanadas en diferentes labores con una actividad sorprendente.
Habían matado una vaca y sobre una enorme mesa despedazaban al animal ya despellejado. Se notaba un fuerte olor a carne cruda y en cubo descansaba la cabeza sanguinolenta del animal.

Algunos hombres partían los huesos del animal con ruidosos golpes de cuchillo mientras que el resto descansaban en sillas alrededor de la habitación. Las mujeres preparaban un guiso enorme al que iban añadiendo los trozos de carne ya preparados. Otras preparaban dulces, café, aguas de frutas, tortillas de maiz y botanas (tapas, aperitivos) con las tripas fritas de la vaca.
La gente conversaba alegremente e incluso se podían esuchar algunas risas de vez en cuando.

Nos sentaron a los recién llegados en una mesa y nada más ubicarme se me acercó un hombre mayor y me ofreció ana botella pequeña de agua mineral. En un principio la rechacé, pero notaba las miradas de los demás y finalmente acepté echar un trago. No era agua sino posh, un aguardiente casero de caña que toman por acá, y que es muy tradicional en los velatorios.
Muchos sonrieron al ver mi cara de sorpresa y cuando me fijé en los hombre sentados, noté que muchos de ellos estaban medio borrachos.

Al poco de sentarnos trajeron agua de frutas para todos y tortillas de maiz, y poco a poco nos fueron sirviendo a cada uno un plato del guiso de verduras con la carne. Algunos devoraban el plato con ansia y pensé que igual hacía meses, o quizá más tiempo, que no tenían la oportunidad de comer un plato así. La verdad es que estaba buenísimo.

En cierto modo me sentía algo culpable, pero me parecía fuera de lugar rechazar todo lo que me ofrecían, a pesar de que ya había comido algo antes de salir de Cruztón.

Cuando terminamos de cenar las mujeres de la comunidad se unieron al resto de mujeres para ayudar a recoger y seguir preparando cosas. Los hombres salimos fuera de la casa.
Me encontré con más trabajadores de la Frayba que habían llegado desde San Cristóbal ( a unas tres horas y media de camino) y charlé un rato con ellos, aqune en seguida se marcharon de nuevo a sus casas.

Nos sentamos todos en la acera. Había un chingo de gente y periodicamente iban ofreciendo café, panecillos dulce, botanas de tripas fritas con tortillas de maiz, cigarrillos, más café...

De vez en cuando, las mujeres cesaban su actividad y se juntaban en la primera habitación junto al ataud a rezar en voz alta y cantar oraciones, mientras que por la perta de atrás, también de vez en cuando, sacaban a algún hombre completamente borracho por el posh.
Ofrecían la bebida constantemente, pero la mayoría de los mimebros de la comunidad la rechazaban y yo hice lo mismo.

El resto de la noche la pasamos en la calle platicando. Algunos compas iban quedandose dormidos en el suelo y, según pasaban las horas, muchos de los allí presentes iban mezclando los gritos con risas y llantos, provocados por el exceso de alcohol.
Antes del amanecer nos depedimos de Rubén y regresamos de nuevo a Cruztón.

Al día siguiente note que había crecido una complicidad especial con los miembros de la comunidad. Los que fueron allá, recordaban conmigo las anécdotas de la noche, especialmente de los borrachos, y los que no habían podido ir me hacían preguntas sobre la comida, mi experiencia con el posh etc...

Dormí apenas un par de horas, y todos se preocupaban por mi, por si había descansado etc... Cuando pregunté a varios de ellospor lo mismo, descubrí que la mayoría apenas se había acostado y temprano salieron a trabajar su milpa etc..

Seguramente repita esto muchas veces pero dudo que pueda olvidarme de ese día.

SOLIDARIDAD

La noche más linda que pasé en Cruztón, con el cielo despejado e inundado de estrellas, se vió interrumpida por una triste noticia llegada desde San Cristobal de las Casas. La mamá del licenciado Rubén, un hombre algo mayor que yo que trabaja hace años en la Frayba y que ayudó a la comunidad en sus demandas, había fallecido esa misma tarde.

Hubo una pequeña reunión en la que se comunicó el suceso a todos los miembros de la comunidad, y de inmediato los compas decidieron que tenían que apoyarle, como tantas otras veces la Frayba había hecho por ellos.
Cada familia aportaría lo que pudiera. No hablamos de dinero. Acá la gente apenas maneja moneda. Sus únicos ingresos proceden del maiz y el frijol que les sobra después del consumo de sus familias, que venden en los mercados de las comunidades cercanas. El resto de los cultivos, verduras, frutas,café, etc... son pequeños y están dedicados unicamente al propio consumo.

En poco más de media hora juntaron tres sacos de 50 kilos cada uno. El primero con maiz, el segundo con frijol, y un tercero con café, azúcar, arroz...y otras pequeñas cantidades de diferentes productos.

La familia de Rubénn vive en Nicolás Ruiz, municipio libre zapatista (al margen del Gobierno), a una hora aproximada de camino en coche, pero ninguno de los compas tiene.
Hablaron con una familia priista de la comunidad que tiene una pick-up grande para salir de inmediato y acordaron con él endeudarse por el trayecto de ida y vuelta. Doscientos pesos, poco más de diez euros.

Excluyendo a los compas que tenían turno de guardia en la noche y los que tienen hijos muy pequeños, dieciseis personas (hombres y mujeres) se ofrecieron para ir al velatorio, incluido el agente municipal y otros tres compas más que como dicen acá en tono de broma llevan premio gordo, tienen orden de aprensión pendiente.

Hablé con el agente municipal y me ofrecí a acompañar al grupo. Agradeció y aceptó mi ofrecimiento. Sin embargo, cuando quise pagar el transporte cambió el gesto, y después de reunirse en privado con la comisión, rechayaron mi propuesta. No fue sino dos días después y tras mi insintecia, cuando permitieron que saldara su deuda con el conductor.

Tanto el la Plata, como en la Frayba, insinten mucho en que los voluntarios no llevemos regalos ni, por supuesto, demos dinero a la comunidad, para que no se asocie a los observadores con ello, pero hay momentos en los que, personalmente, se me hace imposible cumplir con esa norma.
Por este motivo acordé con la comisión que tanto los otros voluntarios, como la Frayba y el resto de la comunidad, no supieran nada de esto.
La última parte creo que no la cumplieron. Aunque nadie me dijo nada al respecto, no me fue difícil reconocer tímidas miradas de profundo agradecimiento en mucha gente.

Llegamos a la casa poco después de las diez, y no se me olvidará la cara de Rubén cuando vió aparecer a los representantes de la comunidad ocn todo lo reunido.

Permanecimos allá hasta el amanecer. La experiencia de estar en un velatorio en México, y supongo que será parecido en muchas partes de latinoamérica, merece un capítulo aparte.

Encabezando la columna derecha de la página puse una cita de Galeano que habla de la diferencia entre caridad y solidaridad. Yo todavía no he encontrado una palabra para describir aquel gesto de la comunidad. Tanto la aportación material como la exposición de los compas. Aún me emociono al recordarlo.

La vida en comunidad

Si algo nos quisieron dejar claro en los talleres de Madrid, es que la experiencia en las comunidades depende de cada uno. Eso es algo que he intentado tener siempre presente durante mi estancia en Cruztón.

La gente de la comunidad lleva más de dos años recibiendo observadores cada 15 días. Algunos hablar regular el español , otros son muy reservados, con otros hacen amistad, según sea cada quien. Lo que no se puede esperar es que te vengan a recibir y a interesarse por ti desde el primer momento porque también dentro de la comunidad hay gente para todos los gustos.

El segundo día tuvimos una reunión con el comité. Me explico. Las comunidades están organizadas de la siguiente forma (hablo solo de los que son compas, es decir, zapatistas, bases de apoyo o pertenecientes a la otra campaña): Existe un agente municipal, que es digamos el lider de la comunidad, elegido entre todos por tiempo indefinido. Cuando quiere dejarlo o piensan que debe hacerlo, se vota y cambia. Y luego está el comité, formado por otros ocho compas, igualmete elegidos.

En dicha reunión nos explicaron nuestras normas u obligaciones. Nos debíamos turnar para acompañar siempre alguno a los dos compas que hacen guardia. La guardia (la de día) consiste en un pequeño puesto de vigilancia que hay en la única entrada por carretera (por decir algo) que existe. No se permite la entrada a nadie desconocido sin previa identificación. Aunque ahora esté bien tranquilo, los compas se cuidan mucho. La guardia de noche está en un cerro elevado desde donde se ven todos los acesos y la realizan ocho compas, suben a dormir al cerro, sortean el orden y se relevan cada hora.
Además existen unos límites que no debemos traspasar si queremos pasear por la zona. Las demás dudas que nos surjan hay que preguntarselas al agente municipal.

El resto del tiempo queda libre para hacer lo que queramos. Ese tiempo es el que va a marcar tu experiencia en comunidad.

En mi caso intentaba pasar el mayor tiempo posible con los compas. Platicando, como dicen ellos, acompañandoles al trabajo en los cultivos, subiendo a dormir al cerro para hacer la guardia...lo que sea.

Al principio cuesta entenderles cuando hablan y también adaptarsea su ritmo, pero poco a poco nos fuimos cogiendo confianza y la segunda semana ha sido realmente provechosa. He aprendido a hacer pan, a trabajar la milpa, recolectar el frijol. He ido a pasear a caballo, dar sal al ganado, hacer tamales...Pero sobre todo me he sentido plenamente integrado en la comunidad.

De hecho, a medida que pasaban los días me sentía mucho más cercano a los compas que a los otros dos observadores que vinieron conmigo. No sé, creo que al final ellos me tenían un poco de manía porque los compas me invitaban a sus casas a comer, tenían bromas conmigo o me sacaban a pasear a caballo, me venían a buscar para ir a la milpa...

Todo influye. Cuando acordamos los turnos de guardia nadie quiso el primero y mas largo, de las seis de la mañana a las nueve. Me ofrecí voluntario para obligarme a levantarme temprano a aprovechar el día porque a partir de las siete todos se recogen. Además, al ir primero siempre me conocían antes y era más facil que me contaran historias de la comunidad y los momentos de tensión etc..Luego ya lo habían contado y estaban menos habladores. Aunque yo también soy muy preguntón (debe ser lo que me queda del periodismo).
Al realiyar el turno más largo, automaticamente hacía luego el más corto, el último, de cuantro y media a seis. Y así tenía todo el día para libre.

No entendí como ninguno quiso cambiar nunca.

El caso es que mi experiencia ha sido increible, también hubo un suceso (que cntaré más adelante) que creo que influyó definitivamente, pero sin poner mucho de tu parte es dificil llegae hasta ellos.

Creo sinceramente que lo conseguí, como ellos han llegado a mi. Mucho más de lo que podía imaginar. Estoy invitado a pasar las navidades allá. Por mi cuenta, sin necesidad de ir como obsevador por la Frayba. Y a acompañarlos en noche vieja y año nuevo a la fiesta de aniversario en el Caracol de Oventik, donde acudirán representantes de todas las comunidades y buena parte de la comandancia del EZLN. Y voy a ir, claro que voy a ir.
Solo me queda decidir en que casa voy a cenar.

Historia de Cruztón

Cruztón, como la mayoría de las comunidades indígenas en Chiapas es una comunidad campesina. durante muchas generaciones sus habitantes trabajaron la tierra que pertenecía a un finquero priista. En 1988, éste entregó a la comunidad las tierras, pero en realidad siguieron en manos de otro finquero afín al PRI partido en el poder durante 70 años. La dictadura perfecta que le dicen acá. La comunidad se tuvo que conformar con apenas el 30 por ciento de lo que le correspondía.


En 1995, aprovechando el tirón del alzamiento del EZLN un grupo de personas de comunidades vecinas, haciendose pasar por zapatistas ocuparon las tierras. El ejército intervino y expulsó a los falsos zapatistas de la zona. El finquero había huído y las tierras en lugar de ser entregadas a la comunidad, pasaron a ser propiedad del Estado.
Los habitantes de Cruztón denunciaron estos hechos y durante muchos años intentaron por la vía judicial reclamar lo que de por sí es suyo sin éxito alguno.

El Estado entregó las tierras a finqueros afines que las alquilaron o vendieron a su antojo a campesinos del PRI con recursos u otros finqueros hasta que en el año 2006 pasaron a manos de una señora, Doña Rosa creo recordar. Esta señora decidió bloquear el manatial que había en el terreno, que lleva el agua a la comunidad.

Tras pasar cerca de un mes sin agua la comunidad fue a hablar con la señora para ver que pasaba y esta les reclamo una cifra inalcanzable hasta para nosotros si querían el agua porque a ella le pertenecía. La comunidad entonces se puso en contacto con la Frayba para ver que podían hacer y también con los zapatistas, para unirse a La Otra campaña y poder contar con su apoyo y asesoramiento.

La Frayba hizo una denuncia y consiguió que las autoridades les esucharan por vez primera. Hubo una reunión con el secretario de gobernación donde se planteó la problemática y se presentaron los papeles del derehco sobre las tierras de 1988. La señora tenía otros de 2006 que fueron los que se consideraron legítimos.

La Frayba continuó en su empeño y hubo una nueva reunión para plantear alguna alternativa a la comunidad. El estado ofreció dos posibilidades: una finca 200 hectáreas de terreno (100 de ellas en perfectas condiciones para el cultivo) u otra de 250 con 100 cabezas de ganado.
Por un momento la comunidad pensó en aceptar y zanjar el problema pero investiogaciones de la Frayba descubriron que las fincas estabas a muchos km de distancia. ¿Como iban a ir allá a trabajar? una vez más el Gobierno les tomaba por ignorantes e intentaba engañarles.

Ahí se precipitaron los acontecimientos. De acuerdo con la Frayba y con la aprobación de las Juntas de Buen Gobierno zapatistas, en abril de 2007 la comunidad de Cruztón recuperó las tierras que le habían sido robadas. Desbloqueó el manatial y comenzó a trabajar la tierra con sus cultivos de milpa, frijol etc...La señora huyó y con ella los campesinos priistas que tenían terreno en la zona.

Hubo una nueva mesa de negociación pero la gente de Cruztón ya no creía una sola palabra y rechazaron irse a otro lugar. Querían sus tierras no otras. Ya no había marcha atrás. El secretario comunicó que seguirían negociando, pero que podian estar tranquilos mientras duraran las mesas de trabajo nadie entraría en la comunidad. Sonaba a amenaza encubierta.
Dos días después de esa reunión la Policía Federal Preventiva entró en la comunidad pateando puertas en busca de los líderes comunitarios, pero los compas ya estaban alerta y no encontraron a ninguno en sus casas.

Durante más de una año los compas estuvieron viviendo en el campo, sin bajar a sus casas en la comunidad para vigilar trabajar y defender sus tierras.

En mayo de 2008 la Policía Federal regresó con referzos acompañada de la señora y de los priistas e hizo que los compas se retiraran. en la comundad no hay armas ni nada parecido y nunca hubo enfrentamiento directo. La policía venía con chalecos, cascos, recortadas, camiones...
Se intalaron en medio de la milpa. Montaron un campameto fijo. Destrozaron cultivos para hacer un campo de fútbol e instalaron en la zona a los priistas. Por si eso fuera poco. contaminaron el agua del manantial que abastecía a la comunidad.

Los compas consultaron a las Juntas y la Frayba, después de pasado un mes, con los cultivos perdidos, niños enfermos en la comunidad por el agua y los hombre (muchos con órdenes de aprensión) escondidos en la montaña. Decidieron que fueran las mujeres y los niños quienes se acercaran, junto con una caravana internacional de observadores, a limpiar el manatial y trabajar los cultivos par intentar salvar parte de la cosecha.

La policía salió al paso pero ante la presencia de la caravana poco pudo hacer. Al poco avisaron refuerzos (debían temer mucho a las mujeres y niños) y hubo un pequeño enfrentamiento que se saldó con el fiscal herido por un palazo algunos compas sin orden heridos por la policía, dos observadores detenidos y expulsados y un compa en la carcel.

La Frayba denunció los hechos documentados con vídeos e imágenes grabadas por miembros de la caravana internacional y el secretario de estado de Chiapas se desmarcó diciendo que no habían ordenado esa actuación que los policías estaban pagados por la señora.

http://www.youtube.com/watch?v=NYZG6blQOsE
(vídeo del enfrentamiento)

Desde entonces se ha reconocido el derecho de la tierra a la Comunidad de Cruztón.

Ahora la problematica viene porque dos empresas mineras canadienses creen que hay oro en un cerro de la zona que no pertenece enteramente a la comunidad. Tampoco al estado. Esta dividido en tres partes que pertenecen a diferentes comunidades. Las otras comunidades están dispuestas a vender pero no cruztón, porque el agua baja de allí y significaría el fin de los cultivos y del abastecimiento de agua potable por la alta contaminación medioambiental que generaría.

El Estado afirma que se desestimó el acuerdo y la página deinternet donde se hablaba sobre ello ha desaparecido, pero en Cruztón ya no se fían.
Mientras el gobierno inventa ahora que el cerro es un lugar de escondite y paso del tráfico de drogas armas y personas hacia EEUU, pero nadie en la comunidad ha visto nunca gente allá.
Igual preparando el terreno para mandar más policía o ejército a la zona.

Desde el 22 de julio de 2008 la comunidad está tanquila pero alerta. Eso sip, a pesar del reconocimiento del derecho sobre la tierra nunca se han retirado las órdenes de aprensión sobre los compas, que tienen que medir mucho sus salidas de la comunidad.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Primera parada, Cruzton

Ya he visitado el Centro de DDHH Fray Bartolome de las Casas (a partir de ahora Frayba), punto de enlace civil con las comunidades indigenas. El taller consiste en un breve repaso de la historia reciente y las demandas de las comunidades, para depsues centrarse en la comunidad especifica a la que vas destinado. A mi me mandan para Cruztan, en las tierras bajas. Partimos el miercoles en la mañana para alla la chica alemana de 19 años con la que ocnvivo en la Junax y otro chico del Girona.

La comunidad no es zapatista. La principal diferencia es que ellos no apoyan la lucha armada como el EZLN. Esta compuesta por unas cuarenta familias, la mayoria de ellas pertenecientes a La Otra Campaña, y tambien hay familias priistas y perredistas, aunque no estan en conflicto entre ellos. Aca las reivindicaciones son comunes.

Como en otros caso similares, en 1988 obtuvieron la tierra de manos del “patrón”. En 1995 un grupo de vivales, haciéndose pasar por “zapatistas”, las ocupó para después abandonarlas. En tanto, los pobladores de Cruztón se hicieron bases de apoyo zapatistas. Ellos sí. Sus representantes fueron perseguidos y encarcelados, y hacía 2000, dispersados.

Ahora sus herederos jóvenes ingresaron en la otra campaña, “para continuar en la lucha con los zapatistas”. El 5 de mayo de 2007 recuperaron nuevamente las tierras y las prepararon para cultivo. En 2009 ya comen de las milpas y hortalizas que sembraron en 70 hectáreas cuya espléndida panorámica revela la labor realizada.

“Ellos no tienen papeles”, asegura un vocero de Cruztón respecto a los “propietarios” que disputan el “presunto ejido San José Cerro Grande I”. Recuerda que en abril de este año, en la última mesa de negociación con el gobierno estatal, el representante legal de los campesinos de Cruztón solicitó a los representantes de la secretaría de Gobierno la presentación de documentos que avalaran los derechos del grupo de “ejidatarios”. Los funcionarios se comprometieron a hacerlo, cosa que hasta ahora no han hecho.

Resulta que bajo estas tierras fértiles, que dan historia y vida a miles de campesinos, en su mayoría indígenas, se presume que hay oro. Al menos eso han concluido dos grandes empresas mineras de capital canadiense: Fronteer Developement Group en 2004, y Radius Gold, cuya subsidiaria Geometales del Norte (Geonorte SA de CV), adquirió 48 mil hectáreas en el lote llamado “Nueva Jerusalén” en julio de 2007. Todo indica que el gobierno del estado decidió “negociar” la propiedad.

La labor de denuncia en estas comunidades es basicamente sobre la presencia de agentes de mineras extranjeras que intentan realizar un mapa e la zona para depsues repartirse "el pastel" a su antojo, previo pago al gobierno mexicano.

Aun asi, la zona es muy tranquila y sin presencia militar. Ademas todos los voluntarios que se enteran de donde me han mandado siente un pocode envidia, ya que es una comunidad muy abierte y dialogante con los cooperantes. Creo que como toma de contacto con las comunidades indigenas no he podido tener mas suerte.


La comunidad de Junax, mi familia en Chiapas

Ya estoy en San Cristobal de las Casas, Chiapas. Aca me alojo en la Junax, una casa para voluntarios que viene a pasar largo tiempo para colaborar con las comunidades de la zona.
Esto fuenciona como una gran familia. Aca todos aportamos para el funcionamiento de la casa.
En estos momentos somos ocho personas las que estamos conviviendo, ademas de Carmen, que es la encargada de todo esto pero no vive en la casa.
Mi familia esta compuesta por tres chicas alemanas. una de ellas me tiene sorprendido porque apenas tiene 19 años y desde luego nadie lo diria escuchandola hablar y viendo la cantidad de cosas que ha hecho y la determinacion que tiene. Desde luego yo a esa edad ni me podia plantear lo que para ella puede ser lo mas normal. Vino sola y lleva cerca de seis meses por aca.
Ademas hay una pareja de Pais Vasco, que va un poco a su rollo, otro chico italiano que marcha en breve y Goyo, personaje que merece un capitulo aparte.
Debe andar entre los 40 y los 50 y esta trabajando llevando el agua a las comunidades con una ONG. Es asturiano, de la cuenca minera. Ha trabajado en la mina durante 20 años, como el resto de su familia, y conoce las comunidades mas que nadie porque vive con ellos la mayor parte del tiempo que pasa por aca, unos cuatro meses al año. Es la clase de persona que cuando empieza a hablar no puedes mas que quedarte como un bobo escuchando las infinitas historias que tiene. Tambien ha trabajado en Gabon y cuando regrese quiere montar un proyecto de potabilizacion para los saharauis. Realmente impresionante.

La casa es enorme, de hecho yo tengo un cuarto para mi solo con cinco literas, y hacemos fondo comun para los gastos generales porque la Junax se autofinancia entre todos. El ambiente es de muy buena onda porque aca estamos todos para lo mismo y aunque seamos muy diferentes tenemos muchas inquietudes comunes. Aunque cada uno tenga su manera de afrontarlas.

Es una manera de integrarte en todo lo que se refiere a los proyectos en las comunidades porque todos tiene experiencia y te aconsejan y resuelven cualquier duda que te pueda surgir. Ademas cenamos en grupo y nos juntamos luego al calor de la chimenea (lujo adicional) con unas cerves a charlar un poco de todo.

Aqui pasare mi estancia en San Cristobal en los periodos que pasas entre una comunidad y otra, que suelen ser de una semana cada quince dias. Realmente, se ha convertido en solo dos dias en mi hogar y mi familia de Chiapas.